Saturday, October 17, 2015
Mi tesoro adorado:
Sólo cuando nos alejamos de las personas queridas podemos medir el cariño.
Desde el día que te dejé allí con el dolor más grande que puedas imaginar no he podido tranquilizar mi triste corazón.
Hoy sé cuánto te quiero y que no puedo vivir sin vos.
Esta inmensa soledad está llena de tu recuerdo...
En cuanto salga nos casamos y nos iremos a cualquier parte a vivir tranquilos...
En cuanto llegué lo primero que hice fue escribirte...
Debes estar tranquila y cuidar tu salud mientras yo esté lejos para cuando vuelva.
Yo estaría tranquilo si supiese que vos no estás en ningún peligro y te encuentras bien.
Si sale el retiro, nos casamos al día siguiente, y si no sale, yo arreglaré las cosas de otro modo, pero liquidaremos esta situación de desamparo que tú tienes ahora.
Viejita de mi alma, tengo tus retratitos en mi pieza y los miro todo el día, con lágrimas en los ojos.
Que no te vaya a pasar nada porque entonces habrá terminado mi vida.
Cuídate mucho y no te preocupes por mí; pero quiéreme mucho que hoy lo necesito más que nunca.
Tesoro mío, tené calma y aprendé a esperar.
Esto terminará y la vida será nuestra.
Con lo que yo he hecho estoy justificado ante la historia y sé que el tiempo me dará la razón.
Empezaré a escribir un libro sobre esto y lo publicaré cuanto antes; veremos quién tiene razón.
El mal de este tiempo y especialmente de este país son los brutos y tú sabes que es peor un bruto que un malo.
Bueno, mi alma querría seguir escribiendo todo el día...
Mis últimas palabras de esta carta quiero que sean para recomendarte calma y tranquilidad.
Muchos, pero muchos besos y recuerdos para mi chinita querida.
Perón.
El 10 de Diciembre de 1945 se casaron Juan y Eva en la Iglesia San Francisco de Asís, de la ciudad de La Plata ( calles 12 entre 68 y 69 )