Saturday, January 04, 2020

 

Amigos!


Teseo convirtió en un vicio humano la costumbre divina de raptar doncellas.
Cada una de sus expediciones está marcada por una mujer raptada...tanto al sur, la cretense Ariadna, como al norte la amazona Antíope.
Algo de deportivo y de insolente había siempre mezclado en sus hazañas.
Y algunas acababan de manera poco noble, porque a Teseo le urgía liberarse de sus trofeos recién conquistados para poder pasar a conquistar otros.
Ya con cincuenta años rapto a Helena que danzaba en el santuario de Artemis Ortia.
Esta hazaña la realizó junto con el único ser a quien en el fondo permaneció fiel: su amigo Pirítoo.
Se habían conocido como enemigos y deberían haberse matado; pero, cuando se vieron y estaban a punto de batirse en duelo, se admiraron.
A partir de entonces se hicieron compañeros de aventuras.
Y nunca Teseo fue tan felíz como con Pirítoo, al inventar hazañas escarnecedoras, al realizarlas, al contarlas después.
Ambos sabían, habían visto el mundo, habían matado bestias místicas, habían raptado a jovenes reales.
Nada podría separarles, desde luego no una mujer...

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