Thursday, November 28, 2019
Ese ruso....
Dostoievski tuvo su primer ataque de epilepsia tras el asesinato de su padre, en 1839, cuando el escritor ruso contaba 18 años.
Un episodio que a Dostoievski le marcará de por vida con la señal de la desgracia.
Para Sigmund Freud, el suceso del asesinato del padre de Dostoievski a manos de sus siervos fue “la piedra angular” de la neurosis que el escritor padeció a lo largo de su vida. Así lo cuenta Freud en su ensayo Dostoievski y el parricidio, donde propone que la epilepsia de Dostoievski tenía una causa neurótica. “Lo más probable es que esta pretendida epilepsia fuera tan solo un síntoma de su neurosis, la cual podríamos clasificar, en consecuencia, como histeroepilepsia; esto es, como una histeria grave".
Para Freud, los ataques epilépticos de Dostoievski manifiestan el complejo de culpabilidad del autor por la muerte de su padre, ya que, al haberla deseado tantas veces, se sentía culpable de la misma. Porque Dostoievski era un hombre enfermo, como él mismo escribió alguna vez, influenciado por el pensamiento mágico donde la luna anunciaba cada crisis, “un hombre sumamente supersticioso, al menos lo suficiente para respetar la medicina”.
En Los hermanos Karamazov, el autor ruso nos presenta a Smerdiákov, hijo bastardo que trabaja de criado y que finge una de sus crisis de epilepsia; incidente del que se va a servir como coartada para encubrir el asesinato del padre. La picaresca requiere imaginación y el rigor de la verdad no puede establecerse en una enfermedad que bien puede simularse.
De manera parecida, Dostoievski se sirvió de la epilepsia como alegato para quedar exento del servicio militar. El simulacro para él siempre fue mucho más que una aproximación a la realidad. Por lo menos, así lo demuestra el simulacro de su fusilamiento, en el patio de la fortaleza donde estuvo preso.
Tras el episodio, aumentaron sus crisis epilépticas.