Wednesday, June 26, 2019
Lucio Francesco 3.
Monday, June 24, 2019
En San Juan, derechito al Nacional...
(Juan Miguel Alvarez para diario La Capital MdP)
Alvarado sufrió durante muchos años. Sobrevivió a crisis económicas, visitó pueblos remotos, jugó contra equipos ignotos. Perdió más de lo que ganó. Pero contó con fieles seguidores que realizaron sacrificios inverosímiles y recorrieron miles de kilómetros por amor a los colores. Una desilusión tras otra, igual estuvieron en la tribuna al siguiente domingo, lunes, martes o cuando lo decidió el poco afable Aprevide (antes Coprosede).
Alvarado siempre fue familia, barrio, sentido de pertenencia. Los verdaderos hinchas lo sostuvieron en las malas y hoy disfrutan un momento soñado.
De chiquito me enseñaron. Como Facundo Trubiano, tercera generación azul y blanco, que fue en brazos de sus padres con apenas 3 meses de vida al viejo estadio San Martín para un clásico contra Aldosivi en 1988 (por el Torneo Clasificación).
A seguirte a todos lados. Como Pablo Barros y Lucas Orofino, quienes viajaron en moto hasta Tucumán para presenciar la final de ida pese a la prohibición de asistencia visitante.
Vos sos mi locura. Como Pablo Daniel Santos, que vendió el único tubo que suministraba gas a su casa para poder hacer un viaje en la campaña de 1992.
Vos sos mi pasión. Como Juan Ithurrart, que tanto tiempo viajó en el micro familiar con su programa “Alva un sentimiento”.
La que nunca se olvida. Como Alfredo Rodríguez, quien todavía recita de memoria y con gran emoción un hermoso verso de los campeones de 1964, logro del que fue parte como jugador.
Los momentos vividos. Como Pedro Subiledt y su esposa “Chichí” Rodríguez -con 87 y 83 años asisten a la cancha-, dueños de la casa en que funcionó como secretaría el club cuando se vendió la sede de Chaco y Avellaneda: allí se firmaron los pases de Jorge Olguín a San Lorenzo o Jorge Rubén “Mono” Palacios a Boca.
Ahí viene la banda loca de Matadero.Como “el Gordo Angelito”, “Chinchu” Rodríguez, Jorge “Choclo” Salgado y Osvaldo “el Gorila” López, quienes desfilaron y bailaron vestidos de “Guardia del Mar” en el título de 1977.
La que tiene aguante. O como “Roly” Subiledt, quien durmió una semana a la intemperie para custodiar el toro construido en 1977 ante la amenaza de destrucción de los hinchas quilmeños.
Señores dejo todo. Como Ariel Greco, que perdió un trabajo de 3 años de antigüedad por irse a Bahía Blanca por un partido contra Liniers en 1994.
Me voy a ver a Alva. Como los de siempre, Carlos Antonio Scafati, “Garufa” y “Pestaña” Sacucci, José Luis Marinela, Susana Maldonado, José Noviello, “Larry”, “Tacita”, “Popa” Baqué; y la nueva generación de los Michelli, Patricio Díaz, Matías Almazán, Hernán Caputto, “Nacho” Langdon Sagasta, entre tantos otros.
Aunque no quiera la policía. Como Eber Puliti, quien se perdió el ascenso en 2008 porque se quiso “colar” al estadio Unido de La Plata y quedó detenido por unas horas.
Me lo dijo una gitana. Como “Ricki” García, el personaje de la tribuna que anticipó tantas veces este ascenso y algunos trataron de loco.
Te sigo a todas partes. Como Héctor Pelú, relator de 500 partidos y protagonista de miles de aventuras.
Te llevo en el corazón. Como Facundo de Llano, el ídolo, que defendió como nadie la camiseta dentro de la cancha.
Desde el cielo te voy a alentar. Como los Marchesani (Luis, Víctor y Antonio) -pintaban con látex la franja blanca en las camisetas azules en 1930-, “Pochola” Martínez, Rubén Luis, Roberto Beltramo, Jorge Gallardo, José Tolosa, Floreal Munar, Aldo Ciccopiedi, Oscar Marino y tantos otros que armaron su tribuna allá arriba.
Vos sos mi vida. Como Roberto Cáceres, más conocido como “el Negro San Martín”, quien adoptó al club como su casa.
Las buenas ya van a venir. O como los miles que derramaron lágrimas el 24 de mayo de 1992 por la derrota en la final con Arsenal.
Anoche, todos cantaron bien fuerte: “Esta hinchada loca, te sigue a donde vas, ganando el campeonato, nos vamos al Nacional”.